martes, 21 de mayo de 2013
SEGUNDA PARTE: "CAMPAÑAS"
viernes, 29 de marzo de 2013
Reminiscencia de un sujeto a través de un incierto sendero de la mente; desde la suspensión hasta la orilla del camino.
jueves, 23 de agosto de 2012
Niebla
(Fragmento)
Mi mirar se pierde entre los muros de este lugar, estoy seguro de haber perdido la conciencia en algún momento pues, me encuentro en un sitio extraño. Las paredes desnudas están pintadas de un amarillo suave, una pequeña ventana frente a mi deja pasar un halo de luz opaca que apenas ilumina la habitación. Es todo lo que veo antes de desvanecerme por primera vez.
También afuera todo es opaco, la niebla sigue ahí, pero adentro puedo ver todo con mucha claridad, claridad que se esfuma inmediatamente cuando vuelvo a perder la conciencia.
Cuatro, cinco, seis veces la nitidez de las imágenes me abandona, en un segundo todo se distorsiona y vuelvo desmayarme. Cada vez que mi vista se nubla me asalta el mismo sueño extraño: Mi vida en retrospectiva, mi juventud, mi niñez, los primeros años. Miles de recuerdos me asaltan como imágenes saltarinas y centellantes que sacuden mis extremidades, me inquietan y abrazan en instantes fugaces. Me sorprende haber vivido, visto y sentido tantas cosas, me alegra recordar como era mi vida antes de que llegara la niebla y ocultara mis recuerdos en alguna parte remota de mi mente.
Los sueños y la inconciencia son largos, mis momentos de lucidez son escasos y fugaces pero han sido suficientes para tener seguridad de donde estoy. Parece una casa, a mi derecha el marco de una puerta cubierta con una cortina blanca anuncia la existencia de otras habitaciones contiguas, los muros pintados de un amarillo pálido hacen resaltar la luz que llega desde afuera, afuera donde aun reina la niebla.
Las cosas a mí alrededor se ven claras porque aquí adentro no se cuela la niebla. No se como lo han conseguido, pero me alegra. Mi cuerpo esta recostado sobre un catre, mi cabeza se apoya en un par de almohadas blandas y mi mano izquierda esta vendada pero mis dedos aun se mueven. No puedo recordar exactamente como me la he lastimado, pero no parece grave, mi mano derecha y mis piernas parecen estar en excelentes condiciones.
El resto de mi cuerpo esta descubierto salvo por la ropa interior y unas sabanas blancas que a veces se encuentran en el suelo y otras veces están a medias sobre mí.
He escuchado voces distorsionadas y pasos ligeros en la habitación contigua, pero mis segundos despierto sólo me han permitido reconocer el espacio y mi condición, y saber que alguien me cuida, esta vez reconozco que, me da gusto y me agrada saber que no estoy solo.
Entonces la cortina se abre y la oscuridad me envuelve, mientras me desplomo sobre la almohada alcanzo a ver dos bultos acercándose rápidamente hasta mi.
martes, 21 de agosto de 2012
Niebla
domingo, 19 de agosto de 2012
Niebla
Fragmento
I
El nerviosismo me invade, mi pulso se acelera, puedo sentirlo martillar el interior de mis oídos. Mis manos, temblorosas, comienzan a sudar. He estado esperando este momento, el inevitable. Sabía que alguna vez llegaría, pero había esperado que no fuera tan pronto. Mi mirada se pierde a través de la ventana donde no puedo ver nada mas que la niebla, las cosas a mi alrededor se ven opacas, mas oscuras de lo que son en realidad. Como si crecieran y consumieran el espacio dentro de la habitación, sofocándome.
La firmeza que hasta hace unas horas recorría mi organismo ha comenzado a abandonarme, estoy empezando a helarme, como si una fuerza inmensa oprimiera mis músculos y no me permitiera moverme. Pero, no tengo opción, de no moverme ahora, me quedare aquí para siempre.
De no moverme ahora, moriré en este sitio y todo lo que he venido haciendo no servirá de nada.
Me incorporo, tomo mis cosas y de pie frente a la puerta avanzo internándome en la espesura de la niebla. Tengo un plan en mente, pero la niebla no me deja ver casi nada, aun así avanzo, camino, adelante, sin un rumbo fijo. Sólo tengo que cuidar mis pasos, espero saber bien donde pisar y tener munición suficiente para defenderme.
lunes, 7 de noviembre de 2011
La Marcha de los Bastardos [Fragmento]
-Llegamos hasta aquí siguiendo nuestra firme convicción, nuestros cuerpos serán despojos, nuestras piernas se doblegarán, nuestras manos no podrán empuñar la espada, nuestra fuerza nos abandonará en un suspiro… y mientras exhalamos nuestro último aliento recordaremos a nuestros hijos, nuestras esposas, nuestros padres y a nuestros hermanos.
-Saborearemos el más delicioso manjar y recordaremos la más cálida y dulce compañía.
-Pero no moriremos hoy, permaneceremos vivos en la mente de los hombres mientras se cuente nuestra hazaña y se narre nuestra historia. Por eso nuestra muerte será perpetua... pagaremos con nuestra sangre la vida eterna, muerte y vida, vida eterna…
El resonar de las voces fervientes se hizo presente, cada hombre, cada soldado clamando su himno y su lugar en la historia, todos al unísono, hermanados para morir y vivir por siempre:
-¡Permaneceremos! (¡morir para vivir!) ¡Permaneceremos!
-¡Permaneceremos! ¡Permaneceremos!...
lunes, 9 de mayo de 2011
Extrañezas y Bajezas…
Pero antes de empezar… (Fragmento)
En ese preciso momento, escuche un grito tan fuerte, que no tuve mas que alzar los hombros, agachando un poco la cabeza -para protejerla de algun posible broyectil-, y encorvar la espalda. Era el rugir de una fiera enfurecida, el grito inconfundible de mi madre.
-¡Pinche chamaco malhecho! –le escuche bufar a mis espaldas.
Así, en la misma posición en que estaba, apreté los parpados e instintivamente los músculos de mi cara se tensaron, forjando en mi tez, una mueca de espanto. Gire sobre mis talones y entonces la vi venir sobre mi con toda la intención de desbaratarme.
-¡Corre! ¡Corre! –me repetía incesante la mente.
Pero nada pude hacer ante aquella inminente condición, sólo cuando la tuve a un palmo de distancia reaccione, pero ya era demasiado tarde. –Ni se te ocurra echarte a correr –dijo con esa mirada maliciosa, encabronada.
Mas asustado aún, gracias a sus poderes extrasensoriales, no me quedo más que volver a cerrar los ojos y esperar lo inevitable.
¡Clack!... hizo mi cabeza cuando sus nudillos se estrellaron contra ella…
-¡Aaaay! –escupió mi garganta sin preguntarme. –Ante lo cual mamá agrego aquella habitual amenaza suya
-Pobrecito de ti y te pones a llorar...
Pero para mi ya era demasiado tarde por culpa de mis inconscientes ojos, -¿Por qué será que a esos no les importan las amenazas de mama?...
(...)
-Sebastián Zárate Ramírez