Fragmento
I
El nerviosismo me invade, mi pulso se acelera, puedo sentirlo martillar el interior de mis oídos. Mis manos, temblorosas, comienzan a sudar. He estado esperando este momento, el inevitable. Sabía que alguna vez llegaría, pero había esperado que no fuera tan pronto. Mi mirada se pierde a través de la ventana donde no puedo ver nada mas que la niebla, las cosas a mi alrededor se ven opacas, mas oscuras de lo que son en realidad. Como si crecieran y consumieran el espacio dentro de la habitación, sofocándome.
La firmeza que hasta hace unas horas recorría mi organismo ha comenzado a abandonarme, estoy empezando a helarme, como si una fuerza inmensa oprimiera mis músculos y no me permitiera moverme. Pero, no tengo opción, de no moverme ahora, me quedare aquí para siempre.
De no moverme ahora, moriré en este sitio y todo lo que he venido haciendo no servirá de nada.
Me incorporo, tomo mis cosas y de pie frente a la puerta avanzo internándome en la espesura de la niebla. Tengo un plan en mente, pero la niebla no me deja ver casi nada, aun así avanzo, camino, adelante, sin un rumbo fijo. Sólo tengo que cuidar mis pasos, espero saber bien donde pisar y tener munición suficiente para defenderme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario