lunes, 3 de enero de 2011

Cohetes

La pirotecnia comenzó a estallar varios minutos antes de que el reloj marcara la media noche, -el fin y la muerte de otro año-. Agrio y espeso año 2010 que vino, me saludo y desapareció en menos de lo que hubiera esperado, volviéndome la espalda sin piedad.

Son casi las doce y treinta, aun puedo ver el fulgor de los cohetes a través de las cortinas y la puerta entreabierta. -La deje así porque resulta mas fácil escabullirse y salir del cuarto sin que nadie se dé cuenta, no quiero despertar a todos al intentar abrirla-.

El cuarto vibra y se estremece con cada nueva detonación de pólvora en la bóveda celeste. -me preocupa que el estruendo pueda despertar a mi sobrino-. Hace demasiado calor para permanecer aquí. Sera mejor escurrirse por la puerta entreabierta. Iré a comprar un par de cigarros. Hace casi tres meses que no fumo, es solo que se me antojaron, a la una de la mañana; y hace demasiado calor en el cuarto para permanecer adentro.

-Sebastián Zárate Ramírez

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